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Autoestima en los niños: Desarrolla la autoestima de tu hijo

Desarrollar una buena autoestima en nuestros hijos es la clave del éxito para su crecimiento. El primer paso es ver en qué estado está nuestro amor propio y autorrespeto.

Algunos padres mueren por saber cuál es la clave del éxito para criar a un niñito feliz.

Mucho se ha dicho, y mucho puede continuar debatiéndose sobre ésto, pero lo cierto es que una “autoestima alta” continúa en el podio de aquellas
características claves e hiper necesarias para que nuestros hijos saquen provecho al máximo de sus capacidades, vivan la vida plenamente y puedan gozarla con alegría.

Partamos de una base clara, la autoestima es todo aquello que podemos sentir o juzgar sobre nosotros mismos.

Y cuando se habla de una buena autoestima o una estima elevada, no estamos haciendo mención a niños exageradamente pretenciosos, caprichosos, ni pedantes.

Tampoco a aquellos que harían cualquier cosa para llamar la atención sobre sus habilidades o logros. Más bien, todo lo contrario.

Por lo general, cuando los niños muestran indicios de sus “exageradas” condiciones o habilidades nos están mostrando algo distinto... una baja autoestima, que necesitan contrarrestar con espectáculos que agiganten sus cualidades. Son niños que no están contentos con ellos mismos y necesitan constantemente de la aprobación y la mirada de los demás.

El niño que puede estar cómodo consigo mismo y que por lo tanto tiene una buena autoestima, suele ahorrarse escenas y espectadores innecesarios, ya que nada nuevo aportaran a lo que él mismo ya tiene bien consolidado.

Ahora bien, hay muchos caminos para favorecer en ellos esta capacidad de reconocerse en sus buenas actitudes y logros.

Pero, si queremos comenzar por el principio, (lógicamente es lo aconsejable) debemos preguntarnos y reflexionar ¿Cómo anda nuestra autoestima como adultos?

El secreto radica en que para propiciar una buena autoestima en los niños, primero debemos estar seguros de que nuestra autoestima ande sobre buenos rieles. Es condición casi necesaria para poder trasmitir valor hacia ellos, que podamos valorarnos nosotros como adultos y seamos capaces de reconocer nuestras habilidades especiales y nuestras zonas brillantes.

¿Cómo descubrir el estado de nuestra autoestima?

Descubrir en qué estado está nuestra autoestima puede ser muy fácil y hay algunas técnicas simples que nos orientan sobre nosotros mismos. Un ejemplo de éstas puede ser armar, sencillamente, una lista con nuestras habilidades y características individuales sobresalientes. Aquellas cosas que nos gusten de nosotros mismos.

Muchos verificarán sin sorpresas que la tarea no es gran cosa. Y así, fluirán palabras y adjetivos para definirse y auto elogiarse sin necesidad de removerse el cerebro o perder la calma con la tarea.

Pero tal vez habrá otros padres que deberán dedicarle más tiempo o dedicarse más tiempo, para descubrir cuáles son aquellas capacidades en las que se sientan únicos y maravillosos. Y hasta requieran de un tercero (quizás un buen amigo) que los guíe en la tarea de encontrar sus propios puntos fuertes, sus lugares de máxima capacidad.

Si ésto ocurre: STOP. Momento de detenerse a examinar un poquito esta particular dificultad en encontrar lo bueno en lo propio, lo bueno de uno mismo.

Si no podemos comenzar por nosotros, si nuestra autoestima está baja, difícilmente podremos guiar a nuestros pequeños hacia el amor a sí mismos.

Nuestro problema en valorarnos puede estar influyendo negativamente en ellos.

El no estar conformes con lo que somos suele ser el resultado de grandes exigencias hacia nosotros mismos. Nuestra baja autoestima proviene de hacernos pedidos desmedidos que no podemos realizar y que nos frustran.

Esta modalidad de ser tan exigentes comienza por nosotros y se dirige también a los demás. Se manifestará en pedidos hacia otras personas, incluyendo también a nuestros hijos.

Esperamos mucho de nosotros y esperamos mucho de nuestros niños, pretendiendo tal vez que sean excepcionales. Esta exigencia no permite aceptarnos como somos ni aceptar a nuestros hijos como son. Así, la persona de baja autoestima no acepta las limitaciones inherentes a todos los seres humanos.

Este camino nos lleva a frustrarnos y a frustrar a los demás, sobre todo a los que están formandose y son hijos nuestros.

La tarea de revisar nuestra autoestima y poder hacerle ajustes para elevarla vale la pena. Tanto para nosotros como para trasmitir a los niños esta capacidad de sentirse bien y a gusto con ellos mismos. Reduciendo expectativas y exigencias, y dando lugar a todas aquellas cosas de las que sí somos capaces y que sí son posibles para nosotros.

Éste es el primer paso para lograr hijos con una elevada y sana autoestima, que no los dejemos a expensas de nuestra exigencia desmesurada.

¿Qué esperan entonces? ¡A comenzar por uno mismo!


por Marcela Herrera
Fuente: Yo crezco.com

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Comentario

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Comentario de edita martinuzzi el agosto 23, 2009 a las 6:57pm
HOLA Marcela...te leí toda...!!que tema no??? alguien me decía,si reprenderíamos a nuestros hijos cuando se lo merecen,----estaría bién-----------pero casi siempre los reprendemos cuando nosotros estamos mal..creo que esa reflexión dice mucho...pero tenemos una ventaja ,crecemos todos juntos y cuando todos somos adultos ...siempre estamos amigos ,y creo que si conseguimos eso,ser amigo de nuestros hijos y conseguir sus confidencias ,no importa la edad que tengan cuanto se pueden ayudar mutuamente.....claro que mis opniones ,no se si son actuales,...tengo ochenta y uno y crié tres hijos ...espero que tengan la misma suerte que tuve yo.........que me crié con ellos....un afecto para todos edita martinuzzi
Comentario de Vani el julio 23, 2009 a las 2:48pm

Excelente aporte!! gracias por compartirlo!! Cariños

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